5 y 19 minutos, la tarde se llena de esa lluvia que acongoja mi ser, detras de estas dos puertas, de madera, de un silencio estremecedor que aprieta mi corazon cada minuto mas.
Mi alma, tú alma, en estos aposentos, donde se dan calor los cuerpos mutuamente.
Solia repasar las ultimas palabras que podia haber dejado en escritos pasados, manejando las situaciones plasmadas y encontradas, una idea inmensa que acompaña a las tardes lluviosas, con las cuales suelo inventar o acomodar las palabras mas raras posibles.
Escucho las gotas caer del cielo atormentoso, en aquel que las dudas no se completan por estar esponjado en nubes llenas de sentimiento, sentimiento que acomoda las dudas y llena la imagen.
Mi palabra, mi ideal, mi soledad bañada en agua que cae de el cielo, mientras el chico de el piano hace otra vez sonar las cuerdas en formas melancolicas, no es aburrido escucharla de nuevo, de nuevo esa pieza que acomoda las ideas en mi mente con clara emocion.
Te extraño, extraño tus abrazos enredados en mi cuello y en mi cuerpo, extraño el sonido que tu boca emana cuando succiono tus labios encantadores, mientras que el piano se vuelve loco, mientras la idea de la lluvia atormenta la noche , y yo me vuelvo loco aqui, sin tus brazos ni tu boca ni lo mencionado en la parte de arriba, palidez de la lluvia, que al caer lo hace en un tono, en un tono desgarrador por no tenerte cerca.
Las veo, las observo detenidamente, el silencio vuelve a reinar, y la tranquilidad de este mi mundo, en el cual las cosas son tan raras, en donde la ilusion vuelve a entrar desprevenido en mi vida.
Amor, amor lejano, que esperas para tocar la puerta, que esperas para arrancar mis ropas y tomar el deseo que guardo dentro de mi cuerpo.
Fabulas nocturnas que podriamos crear, que seria enternecedor descargar.
Pasa el tiempo, la lluvia es tan delicada en esta tarde, tan insensible para mi, me hace recordar las palabras de tu boca.
Mientras sigue lloviendo, no se que escribir mas, no se que inundar con mis palabras, la lluvia toma mas fuerza y comienza a cobrar vida su tono de voz, de esa voz que no dice palabras, que hace un ruido peculiar en su voz.
Y que decir de los rayos que la acompañan, dando los tonos fuertes de la cancion misma que acompaña la voz de, esa, la lluvia de vespertina que arrulla a mis palabras y hace que la tristeza comienze a despertar.
Te extraño.
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