Me he preguntado que me hizo falta para ser como soy, un escritor empedernido, que solo busca crear historias para fugar su mente desequilibrada, para así transportarla a un lugar mas apartado de este momento, haciendo volar mi imaginación a lugares apartados donde no exista nadie.
Pero me escudo en una identidad aparte, en un alter ego que me hace sentirme diferente, la mascara ideal para esconder lo que traigo dentro de mi, es como seguir escapando de mi mismo cuerpo, para ataviarlo en otra piel, en otra voz, en otro cabello, en otra mente.
Cuando descubro esto, me parece sensacional, he descubierto la piedra angular para poder escribir bajo un nombre alterno, para descubrirme exactamente y ala medida, sacando esos retazos, transcribiendo mi verdad, arreglando mis miedos, expresando lo inexpresable en mi vida.
Frank Mont Blanc ha vuelto a regalar mas de lo que perdió en su andar de fiestas muchas, de amoríos de una noche, de no creer en el amor ficticio, he vuelto, ahora tengo la fortuna de haberme encontrado, pues si me había perdido en toda esta situación de carácter, de debilidad que me corroía, la causa: una mujer a la que amo, pero a causa de mi problema todo se ha venido abajo.
Ahora he comprendido que mi felicidad no depende de ninguna luz externa, sino mi luz interna debe brillar, debo de tenerlo en primer nivel, dándome invitación a ser feliz a toda costa, estará quien deba de estar, se Irán los que se tengan que ir y aun así no volveré a sufrir por algo tan falso como el amor, como algo tan vacío como ese sentimiento.
Recortado de la serie : Frank Mont Blanc y los escritos de un exilio.
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