Pepe.

Quisiera que existieras Pepe, quisiera que anduvieras tras de mi, y que fueras el novio excelso para esos momentos de soledad como la que ahora me ha de atormentar.
Pepe, no quiero estar sola, no quiero dejar de escuchar tu risa y menos dejar de oir cuando me dices que me amas.
Pepe, que te has metido en mi cabeza y cuando logro reconocer que estas ahi me emociono.
Por que tu coche y tu dinero no te hacen mas ni menos, solo esas facciones y tus lindos atuendos que regalas en momentos burdos, cuando la indiferencia se hace presente.

Pepe, amor frustrado cuando es que volveras, cuando es que me diras aquellas palabras otra vez.
Pepe, tus padres me miran con recelo y con enojo, acaso he hecho desafiante?, o solo sera que has dicho que uso tu vida para olvidar.

Te vuelvo a ver y y al verte es una desilucion nueva, por que siempre es algo desilucionante que provocas cuando todo esta a la mar, como mis ideas, como mis sentimientos.

Pepe, te he deseado al margen de mis hermosos besos, Pepe, no te vayas acercate y no me dejes asi, en este sueño prolongado.

Pepe si la vida de los dos existiera que mas podria darte?
Por que si en verdad te amo te alejas cada dia mas, invocando todos esos malestares que nos atormentan.

Por que si ese amor que nos envuelve esta plasmado en ideas fijas.

Pepe, esta es mi ultima carta, una carta de desiluciones varadas en la orilla de la playa principal del puerto de algun mar en mi mente.

No te olvidare, no me esfumare, seguire en la misma habitacion, esperando, esperando en esa misma posicion, en esa misma ideologia del amor en tiempos de verano y primavera.

Asi es, asi es como esperare, desamparada, con la luz flameando el sitio, con mi libro y mi cafe a medio tomar, sin consultar esas emociones de las cuales no te has querido hacer cargo.
Adios mi pepe, adios, espero que la dicha este en puerta y que mientras mis besos se esfuman claramente tu solo sigas diciendo: Te amo Frank Mont Blanc.

Recortado de la serie Frank Mont Blanc: Los sueños que transtornan.