Obvias razones.

Te extraño por obvias razones.
Por besarme cuando menos lo esperaba.
Por hacerme sentir bien cuando era necesario.
Por ser esa persona que aliviaba mi dolor en el que vivia.

Amante que no exigia nada.
Preciosa idea de superioridad a mi lado.
La piedra preciosa que mas he amado en toda la vida, dificil de encontrar.

Te extraño por que las tardes sin ti, no son iguales.
Te extraño por que el cafe no sabe igual, y los pasteles de queso se quedan a medio comer.

Te extraño por que tu cuerpo me encantaba recorrer y hacerlo estremecerse con cada caricia nueva.

Amante palida, tu color de piel brillante, mi noche plateada, la expresion de mi masculinidad.

Jamas fingiste, demostrabas ese amor, y en ese amor me quede atrapado.

Te extraño en la tarde, en la mañana, y a medio dia.
Sin rencores, solo recordando lo bueno de mi estadia en esos momentos cuando hubo lugar para mi en tu vida fugaz.

Tu edad no hubiera importado, aunque la sociedad lo marca diferente. Una señora para mi, un adolescente para ti, mi vida hecha pedazos.

El poder de las cosas, camino por el cual caminar a pasos lentos.

Amarte es demasiado doloroso, pero ahora ya no importa, estas tan lejos para compartir este cafe, en este lugar en donde la noche se ha atragantado con la tarde y me ha hecho acordarme de ti.

Por eso y otras cosas te extraño, ojala seas muy feliz, eso es lo que deseo para ti. Ya que el que ama de verdad desea lo mejor para su amor lejano.

Disculpa mis errores.

Frank Mont Blanc: Recuerdos literarios a la hora del cafe, en el starbucks de polanco.