Se me olvido decir que si.

Hoy encontré entre mis cosas, una foto tuya, que placer de volver a verte, que ironía saber que estas conmigo pero no lo estas.
Amante ficticia, hable contigo esta tarde y te pedí perdón como lo acostumbraba hacer, te mire y note que tus ojos se quedaban fijos y tu sonrisa en esa foto nunca desaparecía, era un especie de hechizo que hacia que no dejara de verte.

Cuando fue que te perdí?, no fue hace mucho pero ¿Por que?, difícil contestarlo, tal vez estés ahora dándote ese momento que tanto deseabas, libertad en expresión, algo de lo cual te agradaba a lo grande.

Recuerdo un episodio de nuestras vidas, te veía en tu filipina de chef, te notaba, afuera de tu casa, de tu momento en el cual compartias esos labios de cereza al hablar, conmigo.
Hablamos de un libro, de Rimbaud, ¿Lo recuerdas?, era una noche, tenia unas horas que habías llegado de tu labor de todos los días. Te salude en tono raro y me preguntaste que era lo que tenia, te dije que no sabia que tenia pero que me sentía raro. No importaba lo que tuviera, era solo que quería darte una carta, mi explicacion, en un sobre plateado, en el cual deje tantas cosas. Ahora no lo he revisado, en realidad no recuerdo que tantas cosas escribí, lo único que deseaba era estar a tu lado, dejar mi momento marcado, contigo, algo raro en mi especie, en esa especia que eran mis 20 años, redundante tal vez, pero una forma diferente de amar a una mujer, en especial cuando tenias 30 inviernos.
Nunca me he arrepentido de tu encuentro en este mundo, de hecho quisiera volver a repetir tanto ese ejercicio que era volverte a ver, notar tu sonrisa y tus hoyitos que se hacían en tu cara cuando sonreías, esos que no tenias en donde empieza tu espina dorsal.

Aun pienso en ti, revivo todos esos detalles, esos en los que te veía una vez mas, una vez diferente, aparte de todo el mundo, en donde mi mundo se convertía en colores distintos, por no decir rosa, por que eso sonaría demasiado cursi.

Tu nombre, para que decirlo si ya sabemos que estoy hablando de ti. Eres tu a la cual escribía y a la cual sigo viendo al cerrar mis ojos, pero ahora tan distante.

Se me olvido decir si, si puedo olvidarte, se me olvido, en mi léxico no existe, en mi vida menos, es tan normal seguir pidiendo a nadie el volver a verte. Amante de ti y de tu cabello, amante de tu sexo, amante de tus palabras, amante de tu boca de algodón, amante fiel que siempre estuvo ahí. Pero siempre amante de tu persona que me ha vuelto loco.

Me siento fatal, siento que voy a morir, pero no queda otra que seguir adelante, pero sin ti, por que no se en realidad que es lo que sucede contigo. Buscarte y encontrarte, lo haría pero no sabría si podría estar a tu lado de nuevo. Es difícil saberlo, con tu mentalidad que es diferente, con ese amor que no puede fecundarte, y con esa idea rara de mi ser.

Amante mía, dulce pistilo, calurosa compañía, te deseo volver a ver, estarás dispuesta???.

Recortado de la serie: Frank Mont Blanc y los pensamientos domingueros.