Descubriendo ese algo.

Pareciera que asi deben de ser las cosas, mi amor elevado que siempre rechazado se suele esfumar, aunque yo demuestre esa entrega que no todos aclaran. Pero así deben de ser las cosas, olvidar ese amor de el cual estoy enamorado, y comenzar a ver el mundo real, para no aterrizar en caminos rocosos y lastimar el pecho de el ser entregado.

Pálido y nocturno, ese ser que escribe de el amor cosas lindas, como veranos precipitados.
Maldita sensación, amor escudriñado en pensamientos e ilusiones. Te olvido y continúo a la vez, dejando tirado en algún lado esos sentimientos que alguna vez empañaron el cristal de atrás del coche.

Me disculpo, me absuelvo de todo mal sentimiento que desee empuñar a cada instante, mas no olvido la dicha de encontrar nuevos territorios y nuevas emociones con cuantos dulces labios me encuentre en mi paso nocturno.
Palpitación, dolor de cabeza, cansancio y demás moronas de sensaciones me acechan, al igual que en mi mente las imágenes de los momentos felices que hemos pasado.
Camino por las calles de esta gran ciudad, veo todo lo hermoso a mi paso, descubro mi pensamiento, qué con imágenes se altera, qué con música se eleva. Precioso ruiseñor has asaltado mi corazón y te has llevado aquello que no he sabido explicar.

Me imagino, te veo, pero aun así me doy cuenta que no sueles ser eso que deseo, más bien un deseo diferente. Platillo de una mezcla suculenta, y especial deseo nublado de mi situación infante.

Corro pero no me alejo, deseo encontrar a aquella persona de la cual ahora mi ilusión ha tendido su trampa, de hacerme una idea equivoca de esa fantasía de colores y alucinaciones espontaneas.
La música leve en mis oídos hace que recuerde aquellas visiones fantásticas. ¿Donde estarás?, pacifica en tu reposo nocturno.

El descubrir tantas cosas y pensar con lo poco que me queda de mente me hace recordar que aun sigo vivo, y que el mundo no se acaba en donde tú me dejaste.

Entero a disfrutar emociones que sigan y placido a amar cuerpos extraños me hace feliz y me abre los ojos para pasar a la siguiente etapa de mi vida.

Frank Mont Blanc.
Mexico 2009.