Y fue así cuando me di cuenta de lo que ocurría en esa tarde, las nubes tapaban el sol y el clima era frio, sabia que estabas con el y no quería darme cuenta, no quería aceptarlo, era para mi una idea burda, un celo promiscuo que tenia en mi mente absorbida por los opiáceos.
Especialmente cuando estas ideas llegan a mi mente cansada, a mi lucidez pasajera, que muestra una idea tan absorbente, la hermosa idea del amor ciego.
Pero no todo termina ahí, es especial abordar estas ideas, poder ensordecer a la idea que pasa por tu mente, hacerla que se enmudezca.
Y es lo que hice, mejor me olvide de todas esas telarañas por las que pasaba mi mente, deje de pensarlas y di rienda suelta a mi tranquilidad, posando mis ideas en la parte trasera de mi cerebro.
Ya no deseo seguir envenenando mi alma sincera con problemas tan absurdos, cada quien con su cada cual.
Invitación a olvidarse de la presentación de ese sentimiento, de ese amor que un dia guarde en la caja de los cerillos de mi bolso.
Mientras la tarde pasa yo te espero, y me quedo sentado en este lugar donde dejo mis letras para ti, para que un día las revises y recuerdes que muchas veces me dieron celos.
Hasta pronto.
Recortado de la serie : Frank Mont Blanc y la ausencia de tu piel.
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